Prologo
Salí
corriendo de la tienda arrastrando la mochila, desenvainé la Katana y de un
golpe decapite al zombi que se interponía en mi camino. Mire hacia atrás y allí
estaba otra vez, enorme, auto mutilado con garfios y clavos, sosteniendo con
las dos manos su seguramente pesado hacha, y mirándome, tenía una bolsa tapándole
la cabeza, pero estoy seguro de que me estaba mirando. Acelere el paso y me
metí dentro de la zona del supermercado esperando poder despistarle, el también
apretó el paso y comenzó a seguirme apartando a patadas todo lo que se le ponía
por delante. Me metí por los pasillos más estrechos esquivando a los zombis que
me iba encontrando, suerte que eran pocos, el avanzaba arroyándolo todo a su
paso, los zombis que se le acercaban salían
despedidos y alguno llego incluso a volar por encima mía por uno de sus
puñetazos. Tras varias vueltas por la zona conseguí perderle y salí al centro
comercial, el tiempo había empeorada bastante desde que entrara, ahora estaba
lloviendo y el agua se estaba colando en el edificio por los cristales rotos
del techo.
Con el
suelo encharcado y resbaladizo llegue a la zona de cafetería. Un fuerte rugido
a mis espaldas me hizo distraerme el tiempo justo en que un zombi salía de
dentro y se dirigía hacia mí, cuando me di cuenta ya estaba a punto de
agarrarme, con lo que tuve que soltar la mochila y empujarle para evitar que se
me acercara lo justo para poder volver a desenvainar la Katana. Un golpe
certero fue suficiente, por desgracia el cadáver decapitado cayo sobre una mesa
volcándola y haciendo mucho ruido, con lo que sus compañeros empezaron a salir
de detrás de la barra y del fondo del local, mientras que aquel rugido de ir y
hambre volvía a oírse, y esta vez más fuerte y cerca.
Volví a
agarrar la mochila y Katana en mano seguí hacia salida del centro comercial. Para
mi suerte un grupo de zombis estaba al otro lado de la puerta y al verme empezaron
a aporrear el cristal para entrar, el día no había hecho más que ir de mal en
peor. Me dirigí a las escaleras del parking cuando al dar la vuelta a la
esquina le volví a ver, los zombis de la cafetería se abalanzaron sobre él,
pero de un solo barrido con aquél hacha descomunal le valió para acabar con la mayoría
de un solo golpe, aproveche la distracción para seguir corriendo hacia abajo,
uno subía por las escaleras, pero de una patada empezó a bajar rodando hasta el
final.
Al final
de las escaleras estaba el parking, enorme, oscuro y siniestramente lleno,
claro que esperar si casi todos los que fueron no llegaron a volver. Abrí la
puerta mientras que el zombi se arrastraba como podía hacia mí, entre dentro y
le deje con las ganas, pero el panorama no era mejor. Siguiendo con mi racha de
buena suerte un pequeño grupo de cinco se dirigió a por mí, como estaban muy
juntos y me corría la prisa decidí pasar de ellos y concentrarme en llegar a
una de las salidas, pero todas las peatonales estaban cerradas con llave y la
principal bloqueada por un par de coches volcados y otro grupo que por suerte
no llego a verme, no tuve ni tiempo para deprimirme, la puerta de cristal que
conectaba el parking con el centro reventó y allí volvía a estar el, decidí jugármela
a la salida de la farmacia. Corriendo hacia el otro acceso al centro comercial
esquivando a los zombis y saltando por encima de los coches llegue a la puerta,
la abrí, pase y vi las escaleras, todo iba bien… hasta que un ruido encima de
mí me hizo cambiar de opinión, el cabrón se me había adelantado y estaba cayendo
sobre mí, intente apartarme y le lance la Katana, le atravesó el cuello y
seguramente le dio en la carótida, estaba perdiendo el equilibrio, pero el cabrón consiguió
caer incrustándome el hacha en el esternón mientras se desangraba encima de mí…
y esa, fue la primera vez que morí.
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