sábado, 28 de junio de 2014

Inferno - 6



6

Pase la noche con el resto del grupo, sobre las doce o así me despertaron unos ruidos. Me levante y cogí un cuchillo cuando el chaval que tenia al lado me miro.
-         ¿Que haces?
-         ¿No lo has oído?
-         ¿El que?
-         Ese ruido
-         … ah, tranquilo, no es nada, solo el capullo de Toni violando otra vez a su novia.
-         ¿Qué? ¿Y nadie hace nada?
-         ¿Que quieres que hagamos? Quitando a sus amigos que murieron en el centro comercial todos somos unos críos, y si seguimos aquí es solo por que ella le convenció de que nos quedáramos.
-         ¿Y los que la palmaron no hicieron nada?
-         Nada, te lo he dicho, eran sus amigos, les parecía hasta gracioso, se que esta mal decirlo, pero me alegro de que hayan muerto, eran unos cabrones.
-         Mira, te ha salido un admirador. (No pude evitar sonreír con eso)
-         Tu tranquilo, yo no soy como ellos.
-         No, tu solo te comes a la gente
-         Me ocupare de sacaros a todos de aquí.
-         ¿En serio? ¿Cómo?
-         No se lo digas a nadie, pero se como salir de aquí -Guiñándole un ojo.
-         ¿Pero como lo vas ha hacer?
-         Tranquilo, déjamelo a mí, os sacare a todos de esta mierda.
-         Gracias… pero ojala no fuera a todos…
-         ¿Lo dices por el? tranquilo chaval… aveces ocurren accidentes.

El chaval me sonrió y se volvió a dormir. Los ruidos pararon y la calma volvió al edificio, mientras yo pensaba como coño cargarme a ese despojo humano y como coger las cosas de casa sin que vieran el cadáver de Rebeca y la chaqueta y el equipo que llevaba cuando me cargue a sus amigos.

A la mañana siguiente me desperté bastante pronto, había solo un par de personas despiertas así que aproveche para salir e ir a casa a por los suministros y a dejarlo todo el equipo preparado para recogerlo lo mas rápido posible el ultimo día.
Al volver con todo ya estaban despiertos, Toni se acerco y me dio otra ostia
-         ¿A ti que coño te pasa?
-         ¿Qué?
-         Dijimos que te acompañarían a recoger las cosas, no que te irías tu solo.
-         Y que importa, os he traído la comida y no se ha arriesgado nadie, mas que una ostia, esto merece una mamada, así que deja de tocar los huevos.

En un momento se puso rojo y saco la pistola, por suerte su novia le agarro el brazo, si no me llevaba otro tiro, y la sensación no es nada agradable.
-         Bien gilipollas, si tantas ganas tienes de hacerte el héroe, coge el coche ahí afuera y saquea la comisaría, si vamos a salir de aquí necesitaremos armas y munición.
-         Como usted ordene, lord comandante.
-         Tienes diez minutos para irte, y no vuelvas sin eso.

Salí del edificio y monte en el coche, parecía que estaba en buen estado y tenía el depósito medianamente lleno, así que no me quedaría tirado a medio camino, o por lo menos no lo parecía.
Los efectos de conectar el reloj del ayuntamiento eran cada vez más visibles, mas y mas iban camino del centro y los pocos que había por los alrededores no suponían ningún gran problema. Al llegar a la calle de la comisaría las cosas se complicaron, decenas de coches abandonados entorpecían el camino, así que hubo que improvisar y continuar por el paseo peatonal. Con el coche aparcado en la puerta y las llaves puestas, apague el motor y me dirigí a dentro.

Las puertas de acero no estaban cerradas, y las de cristal completamente destrozadas, restos de carne, jirones de ropa, huesos rotos y mordisqueados y sobre todo sangre, todo eso es lo que había por el suelo y paredes. No parecía haber nadie dentro, pero al poco pude ver siluetas al fondo, siluetas que terminaron en zombis acercándose primero despacio, y después a un ritmo algo más frenético arrastrándose lo mas deprisa posible. A simple vista había unos tres, algo sencillo, pero los ruidos procedentes de mi espalda me hicieron cambiar de opinión, otra tanda aun mas grande salía de las oficinas, algunos tambaleándose y otros arrastrándose, no tuve tiempo suficiente para fijarme en ellos, ya que uno del primer grupo pasó por el detector de metales, haciendo saltar la alarma y provocando que no solo los otros vinieran con mas ganas, si no que los que había en las oficinas de enfrente y en el piso de arriba, también salieran con ganas. Dos cayeron o se tiraron del piso de arriba hacia mi, se quedaron cortos y por suerte solo tuve que pisarles la cabeza, pero lo que me venia por delante y los lados ya era otra historia.
Los primeros en llegar fueron los tres de la derecha, armado solo con cuchillos la cosa se complico mas de lo que me esperaba, con dos cuchillos largos de carnicero comencé a defenderme por su zona, al primero el golpe le rajo la cara hasta que el cuchillo se quedo clavado a mitad de recorrido, a la altura de la nariz en un golpe de arriba a abajo, todavía se movía, así que solo con girar un poco el cuchillo se le revolvió del cerebro como quien mueve una cuchara dentro de una sandia, solo que con un “crac” adicional producido por la fractura del cráneo, al segundo directamente el filo del cuchillo le entro por el ojo y salió sin problemas arrastrando una pasta de sangre, cerebro y fluidos oculares, el tercero fue el mas simple, con un cuchillo clavado en la cabeza de uno, solamente lo solté y con la mano libre le agarre la cabeza y se la estampe contra el pico de la mesa de recepción, el crujido de su grane fue bastante reconfortante, creo que me estaba empezando a volver adicto a ese sonido.
Uno de los zombis tenia el uniforme de policía todavía puesto, en su cinturón llevaba la pistola reglamentaria, así que jugándomela a una carta, le lance el cuchillo que tenia en mano al que tenia mas cerca, cogí la pistola, le quite el seguro, y en cinco segundos los que me salieron de frente estaban en el suelo con un tercer ojo en la frente, solo faltaban los que me venían por la izquierda, eran un grupo algo grande, unos siete podían contarse a simple vista, levante el brazo con la pistola para dispararle al primero, cuando algo que debería haber previsto ocurrió. Un zombi me mordió el brazo y me hizo fallar el tiro, que para mi desgracia, era el último. Al estar todo en calma, los disparos y el sonido del detector no solo atrajeron a los que ya estaban dentro, si no que los de afuera también habían comenzado a venir, un grupo aun mas grande estaba a punto de entrar, unos veinte zombis sin contar con el que tenia encima. Le incruste la pistola en un ojo y corrí ha cerrar las puertas de acero, los zombis se amontonaban en la puerta y sabia que no aguantaría mucho, el brazo se curó y tras recoger los cuchillos me lance a por los del pasillo, no eran demasiados y de siente que se veían solo cuatro estaban de pie, despejado el vestíbulo, empuje la mesa de recepción, las sillas y hasta algunos cadáveres para que hicieran tope y poder ganar un par de minutos extra.

La comisaría estaba completamente destrozada, no había nada salvo restos humanos, de cuando en cuando salía algún solitario rezagado, pero no daba ningún problema. Finalmente llegue al almacén de pruebas, que en una ciudad tan pequeña también serviría como almacén de armas, la teoría fue correcta y pude deleitarme con la visión de una tanda algo gastada de escopetas, pistolas y municiones varias, rebuscando por los alrededores encontré bolsas de la policía y algún que otro zombi, las llene hasta arriba mientras revisaba algunos zombis muertos por si tenían munición, pude oír como la puerta cedía, abrí la bolsa, cogí una pistola y dos cargadores y mientras veía como la horda se acercaba, empecé a disparar como un loco, reventando cabezas una detrás de otra, hasta que me quede sin munición y solo quedaba uno, así que salí corriendo hacia el y le di una patada en el pecho, cayó de espaldas y una vez en el suelo empecé a darle puñetazos en la cabeza, hasta que donde antes había una frente, ahora solo había un hoyo del que salía sangre y pedacitos de cerebro.
Aprovechando el subidon de adrenalina volví a por las cosas, cargue todo en el coche y volví con el grupo. La recepción fue algo mas extraña de lo esperado.
-         Vaya, has conseguido volver.
-         Si, soy algo duro de matar ¿No os lo había dicho?
-         Algo me temía.
La chica pelirroja acababa de llegar detrás de mí, no la había oído llegar y desde luego no la había visto.
-         Hola cariño ¿Qué has encontrado?
-         Nada, solo sus cuerpos como el dijo, en la mochila tengo sus pistolas y algunas provisiones mas.
-         Espera ¿Has ido al centro comercial?
-         Estas jodido ♫
-         Si ¿Pasa algo?
-         No nada.
-         Jajaja bueno ¿Ahora quien es el que tiene mas huevos? Deja las armas, entra dentro y vete a las duchas de fuera, quítate esa sangre y mandare a alguien para que se asegure de que no te han mordido.
-         Oh ¿Y por que no viene tu novia?
-         ¿Y por que no te vuelo la cabeza?

Pasé de el y me fui a las duchas, no estaba de humor para llevarme una ostia y desde luego tenia cosas mas importantes en las que pensar.
Al rato en las duchas vino el chaval de la noche anterior.
-         Hola, Toni me manda para ver si no eres un zombi.
-         Jajaja tranquilo chaval, no me han mordido, y no muerdo.
-         No se que parte de esa frase corregir primero.
-         Siento tardar y dejarte tiritando aquí, Toni me obligo a esperar, de verdad que te odia, creo que le pones nervioso.
-         ¿En serio? Bueno, el sentimiento es reciproco, pocas veces había visto a un capullo de tal calibre.
-         Ya Jajaja, bueno pues no tienes heridas así que… ¿Qué te pasó en el pecho?
-         … nada… un, accidente hace tiempo, nada serio.
-         Ya… vale, pues ten, algo de ropa limpia, te esperamos el vestíbulo, quieren hablar contigo.
-         Ok, nos vemos chaval.

Vestido con un chándal y unas pintas cani que no podía con ellas, entre al vestíbulo mientras mis pulmones se congelaban por el vaho, aunque fuera un bicho raro que se regeneraba e incluso encontrara cierto gusto erótico en el dolor, estar a tres grados bajo cero con un puto chándal era demasiado. Dentro estaban todos esperándome, revisando las armas y limpiando algunas.
-         Chaval, te han pillado, de esta no salimos, ha sido un placer conocerte.
-         Bueno Dante, has cumplido con lo de las armas, y nos trajiste las provisiones que nuestros amigos no pudieron traer, has cumplido en todo así que dinos ¿Cómo coño tienes pensado sacarnos de aquí?
-         Ostia puta.
-         Oh, pues… es eso… bien, pues la cosa es muy simple, el alcalde dejo un mensaje en el que explicaba como poder pedir ayuda al gobierno, no arriesgaran a un equipo por un puñado de personas, pero tal y como esta la situación aquí y con la ventaja de que tenemos una estación de tren, podrán mandar un tren con un equipo para sacarnos de aquí y escoltarnos a la capital. La pega es que no somos suficientes, vine a vosotros por que sois los que tenia mas cerca, la otra parte del plan es contactar con el grupo que hay en la biblioteca, son muchos mas que nosotros y con ellos creo que podríamos conseguir la evacuación.
-         ¿Y como has pensado contactar con los de la biblioteca?
-         Pues o por teléfono y rezar que este conectado, o directamente presentarme allí igual que hice con vosotros.
-         ¿Y la extracción como la vas a pedir?
-         Le birlé al cadáver del alcalde la tarjeta de las oficinas de interior, una llamada explicando la situación y arreglado.
-         Bien, mirare en Google, haber si encuentro el numero, has cumplido, gracias por todo.
-         ¿Perdón?
-         Te van a matar, lo sabia.
-         Que gracias, no esperes que lo repita.

Acto seguido se dio la vuelta y se fue con su novia, creía que me había librado, pero entonces mire a los ojos a su novia, esos preciosos ojos que te derriten el alma, y pude ver una mirada que parecía decir “Se que te los has cargado cabrón”, era obvio, por muy mordisqueados que estuvieran los cadáveres después de tres días a la intemperie, no podían ocultarse cosas como las balas en los huesos, las rajas producidas por armas blancas, o una puta varilla metálica atravesando una cabeza.
Si no me han acribillado ya, quiere decir que todavía no se lo ha dicho, a lo mejor no sabe que he sido yo, o no lo ha pensado… o a lo mejor es que le importa una mierda, pero por seguridad decidí que seria mejor dormir armado durante el resto de días que estuviera por allí.

lunes, 2 de junio de 2014

Partida de Vampiro: La Caza del hereje

Bueno, pues como primer y posiblemente unico post del mes (estoy mas liado que de costumbre), aqui dejo una partida propia para el mitico juego Vampiro: La Mascarada.

La partida tiene como argumento la presencia de Baali en españa, con lo que los personajes deberan investigar la misteriosa secta y hacer frente a los horrores del infierno convocados por sus siervos humanos.
Como siempre mucho gore, algunos puzles, y una batalla final digna de Tarantino, una partida corta pero divertida.
Disfrutadla

La Caza del Hereje (PDF)